
Burnout: qué es y cómo evitarlo
1 agosto 2025
¿Cómo dejar de castigarte por errores del pasado?
15 agosto 2025La autoexigencia suele presentarse como una virtud. Se aplaude a quienes dan el 200 %, se entregan a todo lo que hacen y nunca parecen fallar. Pero cuando esa exigencia interna se convierte en una voz constante que nunca está satisfecha, el coste emocional puede ser muy alto.
Tabla de contenidos
¿De dónde nace tu autoexigencia?
La mayoría de las veces, la autoexigencia no nace de la ambición sana, sino del miedo: miedo a fallar, a decepcionar, a no ser suficiente.
Desde edades tempranas, muchas personas aprenden que valen por lo que hacen, no por lo que son. Si a eso le sumamos un entorno laboral o familiar donde el rendimiento, el perfeccionismo o la comparación constante son la norma, es fácil interiorizar que hay que exigirse al máximo para ser aceptada o valorada.
¿Qué hay detrás de la alta autoexigencia?
Detrás de una persona muy autoexigente no hay solo motivación o compromiso. Muchas veces hay:
- Necesidad de control sobre los resultados y la imagen que se proyecta
- Autoestima ligada al logro constante
- Dificultad para reconocerse valiosa sin producir o rendir
- Miedo al error o al juicio externo
- Escasa práctica de la autocompasión y poco permiso para descansar
La exigencia desmedida no es señal de fortaleza. Es una estrategia de supervivencia emocional que, a largo plazo, genera agotamiento y desconexión interna.
El impacto de la autoexigencia continua en tu salud emocional
La autoexigencia sostenida en el tiempo puede deteriorar profundamente tu bienestar emocional, especialmente en contextos de alta demanda como el trabajo. De hecho, es una de las causas más invisibles del malestar laboral.
- Estrés crónico y ansiedad: La presión constante por hacer más, mejor y más rápido dispara el cortisol y agota tu sistema nervioso. Vives en modo alerta, con la sensación de que nunca llegas.
- Pérdida de motivación: Lo que antes te ilusionaba empieza a pesar. La conexión emocional con tu trabajo se debilita y aparece la apatía.
- Autoimagen distorsionada: Cuando el listón está siempre demasiado alto, nunca sientes que lo haces bien. Esto erosiona la confianza en ti misma.
- Aislamiento emocional: Al centrarte en “cumplir” puedes desconectarte de tus relaciones, del disfrute y de lo que verdaderamente te importa.
- Síndrome del burnout: La autoexigencia es uno de los factores personales que más contribuyen al agotamiento profesional. Puede manifestarse en fatiga extrema, irritabilidad, insomnio, o sensación de vacío en el trabajo.
👉 Si no aprendes a poner freno a la exigencia interna, tu cuerpo y tus emociones lo harán por ti. Cuidar tu salud emocional es una forma de garantizar tu sostenibilidad profesional.

Estrategias para reducir la autoexigencia sin perder motivación
Reducir la autoexigencia no significa volverse menos comprometida. Significa transformar la motivación desde la presión al propósito. Aquí algunas claves:
✔️ Redefine tu idea de éxito
¿Éxito es hacer más o vivir mejor? ¿Tener todo bajo control o sentirte en paz contigo misma?
✔️ Cambia la voz interna
Transforma tu diálogo interior. Pasa del “tengo que” al “elijo”, del “nunca es suficiente” al “esto es suficiente por hoy”.
✔️ Celebra el proceso, no solo los resultados
Valora tu esfuerzo, tu evolución, tus aprendizajes. Lo que haces importa, pero cómo lo haces también.
✔️ Descansa sin culpa
El descanso no es un premio: es una necesidad básica. Tu mente también necesita pausas para seguir rindiendo de forma saludable.
✔️ Pon límites al perfeccionismo
Pregúntate: ¿este nivel de detalle aporta valor o solo alimenta mi inseguridad? A veces, lo óptimo es enemigo de lo suficiente.
Preguntas clave para revisar tu relación con el rendimiento
Tomarte un momento para reflexionar puede ser el primer paso hacia una transformación real. Aquí algunas preguntas para guiarte:
- ¿Cómo me siento cuando no llego a todo?
- ¿Qué me digo cuando no cumplo mis propios estándares?
- ¿Qué creencias tengo sobre el esfuerzo, el descanso o el error?
- ¿Cuánto de lo que hago viene del miedo a decepcionar?
- ¿Qué parte de mí estoy descuidando en nombre del rendimiento?
Vivir y trabajar con bienestar es posible
Cultivar el bienestar emocional y laboral no implica hacer menos, sino vivir desde un lugar más consciente y sostenible.
La autoexigencia te puede llevar lejos, pero el autocuidado te lleva contigo. No estás aquí para demostrar constantemente que puedes con todo. Estás aquí para vivir con sentido, con equilibrio, y desde tu verdadera autenticidad.
👉 ¿Quieres seguir profundizando?
Si acompañas a otras personas o lideras equipos, aprender a gestionar la autoexigencia puede marcar la diferencia en tu bienestar y el de los demás. Escríbeme y te acompaño en el proceso: consulting@encarnateruel.com
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