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Tabla de contenidos
¿Qué son las relaciones que drenan?
Las relaciones que drenan son aquellas que, tras cada encuentro, dejan una sensación de cansancio emocional, desánimo o frustración. No es que haya un conflicto explícito —aunque a veces sí—, sino que el intercambio con esa persona consume más energía de la que aporta. Puede tratarse de un compañero negativo, un jefe que ejerce control de forma constante, o incluso alguien con quien tienes un vínculo de dependencia emocional o profesional.
No es fácil identificar estas relaciones al principio, porque muchas veces se camuflan bajo la máscara de la exigencia, la urgencia o incluso el “buen compañerismo”. Pero si después de hablar con alguien te sientes más pequeño/a, más inseguro/a o más agotado/a… algo está pasando.
Señales de que una relación laboral está drenándote
Hay señales claras que te pueden ayudar a identificar si la relación te drena:
Para ello te invito a preguntarte:
- ¿Evitas a esa persona o te preparas mentalmente cada vez que tienes que interactuar con ella?
- ¿Te sientes juzgado, controlado/a o nunca lo suficientemente bueno/a?
- ¿Notas que tus emociones cambian drásticamente después de compartir tiempo con esa persona?
- ¿Sientes que no puedes expresarte con libertad o que caminas sobre “huevos”?
Otra señal potente es la aparición de pensamientos rumiantes después de cada interacción. Si te quedas dándole vueltas a lo que dijo, a cómo lo dijo, a lo que tú respondiste… probablemente esa relación no está siendo sana para ti y te esta mermando bienestar personal.

Impacto de estas relaciones en tu salud mental y rendimiento
Las relaciones que drenan no sólo afectan a tu estado de ánimo. Tienen un impacto directo en tu salud mental, tu motivación y tu rendimiento profesional. Vivir en un entorno emocionalmente tóxico agota tus recursos cognitivos, disminuye tu creatividad y aumenta tu estrés.
¿Te ha pasado que un día estás bien, con ganas de avanzar, y tras una reunión concreta sientes que te han quitado el aire? Ese desgaste continuo va acumulándose hasta que empiezas a desconectarte emocionalmente del trabajo, a perder eficacia y, en muchos casos, a somatizar físicamente ese malestar: dolores musculares, insomnio, apatía…
¿Qué puedes hacer para protegerte y cuidarte?
- Pon nombre a lo que sientes. El primer paso es reconocer que esa relación no te está haciendo bien. No lo justifiques, no lo normalices. ¡No es normal!
- Revisa tus límites. ¿Estás permitiendo comportamientos que te incomodan por miedo a generar conflicto? Recuerda: poner límites no es faltar al respeto, es proteger tu bienestar.
- Habla desde ti. En lugar de señalar al otro/a, expresa cómo te sientes, con lo que la otra persona hace. Por ejemplo: “Cuando recibo ese tipo de comentarios, me siento cuestionado/a y me cuesta concentrarme después.”
- Rodéate de relaciones nutritivas . Busca aliados, personas con las que te sientas escuchado/a, validado/a y en calma. Un entorno emocionalmente seguro multiplica tu energía.
- Pide apoyo profesional si lo necesitas. A veces estas dinámicas nos remueven heridas profundas o creencias limitantes. Un proceso de coaching o terapia puede ayudarte a tomar decisiones desde un lugar más consciente.
Espero que este articulo te ayude a despertar consciencia y para ello te sugiero hagas el siguiente ejercicio de reflexión : ¿QUÉ TIPO DE RELACIONES ESTOY SOSTENIENDO?
Tomate unos minutos para mirar a tu alrededor y pregúntate:
- ¿Con quién me siento libre?
- ¿Quién me empuja a crecer?
- ¿A quién le doy espacio sin darme cuenta de que me estoy perdiendo a mí?
Recuerda que tu bienestar no es negociable. No se trata de culpar ni de huir, sino de tomar conciencia y decidir, desde tu adulto/a responsable, qué tipo de vínculos eliges sostener. Porque en el trabajo —como en la vida— no todo vale.
Y tú…
¿Qué relaciones estás alimentando cada día? ¿Te suman o te restan?
¿Te enfrentas en el trabajo a relaciones que agotan tu energía? En la plataforma Soluciones Rápidas a Problemas Cotidianos, encontrarás vídeo-píldoras prácticas y accesibles desde cualquier dispositivo, para recuperar tu bienestar laboral y emocional.
Y si prefieres un acompañamiento personalizado, en el programa Desarróllate encontrarás un proceso de coaching personal e individual a medida.





