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¿Alguna vez has sentido una frustración intensa en tu lugar de trabajo y no sabías cómo manejarla? A todos nos ha pasado alguna vez: discusiones con compañeros, desavenencias con los jefes…
Sea cual sea el motivo, aprender a manejar la ira en el trabajo es la clave para mantener nuestro equilibrio personal por encima de todo, lo que por supuesto tendrá un efecto positivo en nuestro desempeño laboral.
En este artículo te presentamos cinco técnicas de mindfulness que puedes utilizar para gestionar la ira en el ambiente laboral:
Observa tus pensamientos y emociones
El primer paso para manejar la ira es tomar conciencia de tus propios pensamientos y emociones. Practica la observación sin juzgar, simplemente reconociendo tus sentimientos y pensamientos sin identificarte con ellos. Observa cómo la ira se manifiesta en tu mente y en tu cuerpo.
Respiración consciente
La respiración consciente es una técnica fundamental en el mindfulness. Cuando sientas que la ira comienza a aumentar, toma un momento para enfocarte en tu respiración. Respira lenta y profundamente, prestando atención a la sensación del aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Esto te ayudará a calmar tu mente y disminuir la respuesta emocional.
Meditación de compasión
Practica la meditación de compasión para desarrollar sentimientos de empatía y comprensión hacia los demás. Es especialmente útil en situaciones de conflicto en el trabajo. Cierra los ojos y visualiza a la persona o situación que te está generando ira. Luego, repite frases de compasión y buenos deseos hacia esa persona, deseándole paz y bienestar. Esto te ayudará a cultivar una actitud más compasiva y disminuir la ira.
Cambia tu perspectiva
Muchas veces, la ira surge debido a interpretaciones negativas o distorsionadas de los eventos en el trabajo. Intenta cuestionar tus pensamientos y perspectivas. ¿Existen otras formas de ver la situación? ¿Puedes considerar otras posibilidades o explicaciones? Al desafiar tus propias interpretaciones, puedes reducir la intensidad de la ira y encontrar soluciones más constructivas.
Toma descansos conscientes
Si sientes que la ira está aumentando, tómate un tiempo para desconectar y hacer un descanso consciente. Sal a dar un breve paseo, si es posible, o encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte y relajarte durante unos minutos. Durante este tiempo, enfócate en tus sensaciones físicas, la respiración y el entorno que te rodea. Esto te ayudará a restablecer tu equilibrio emocional y reducir la ira acumulada.
Recuerda que la práctica de mindfulness lleva tiempo y paciencia. A medida que integres estas técnicas en tu vida diaria, notarás que te vuelves más consciente de tus emociones y puedes manejar la ira de manera más efectiva en el entorno laboral.
¿Necesitas acompañamiento para aprender a gestionar la ira y la frustración en tu ambiente de trabajo?
Yo puedo ayudarte. Me encantará charlar contigo para conocer tu situación y diseñar juntos/as un plan de acción personalizado.
