Expectativas y Frustración, Hermanas del Alma
7 febrero 2020Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago
6 julio 2020Los rumores son un mal que sufren casi todas las organizaciones a lo largo de su existencia; sobre hechos o sobre personas, pero en todas las ocasiones tiene efectos negativos y a veces, en casos muy extremos, hasta devastadores.
Imaginad, lo que puede suponer para un negocio de hostelería o empresa del sector alimenticio, por ejemplo, el que levanten un rumor sobre algún tipo de intoxicación; como bien sabemos, los medios de comunicación han dado buena cuenta de ello en variadas ocasiones; eso tiene un efecto impresionante en el prestigio de la marca, del pequeño negocio, e incluso cuando el rumor se ha forjado en torno a un profesional de la empresa, hasta la pérdida total de su prestigio profesional.
Creo que hemos de reconocer que el ser humano es cotilla por naturaleza, que además a veces se engrandece viendo o pensando como a otros les va mal pues es la única manera de sentirse él grande.
Si nos centramos en lo más difícil de recuperar, por el efecto devastador que tiene, es decir en el Prestigio de la Marca o del Profesional, hemos de darnos cuenta que en nuestras manos está el evitar, el efecto metástasis que produce como si de un cáncer se tratara. De hecho, a mi me gusta hablar de “ la rumorología, el mayor de los canceres en las empresas”;
Pues bien, cada uno de nosotros podemos contribuir a pararlos e incluso que “mueran” con respuestas como estas:
Si es un rumor sobre un colega o compañero, es tan simple como responder a la persona que viene a contártelo:
“No me hables de él, háblalo con él”.
O , en ese momento, cuando te llegue, párate a pensar :
“Si el rumor fuese sobre mí, ¿qué me gustaría que el otro hiciera?”
Seguro que contestarías,“¡ Pararlo!”.
Y en general, tanto si el rumor es sobre la empresa o sobre profesionales que trabajan en la empresa, para a la persona que te lo dice y pregúntale:
¿Es verdad lo que me vas a decir?
¿Es bueno lo que me vas a decir?
¿Es necesario, lo que me vas a decir?
Pues bien, si ni es verdad, ni es bueno, ni es necesario , ¡no me lo cuentes!.
En resumen, los rumores, son algo que empieza por una sola persona y que entre todos los movemos. Por tanto, todos somos responsables de los daños que podemos producir a una marca, un negocio o un profesional y a la vez también todos podemos evitar la extensión de “la célula cancerigena”.
Tras esto, me gustaría preguntarte:
- ¿Qué ganas con extender ese rumor o cotilleo?
- ¿Para que lo haces?
- ¿Qué está diciendo de ti, esa forma de actuar?
- ¿Si fuese o ha sido al contrario, que te hubiera gustado que hicieran?
Espero te haga reflexionar y la próxima vez que te llegue algo, pregúntate ¿Qué gano con escucharlo y con difundirlo?
Por ello desde aquí, me gustaría te quedaras con: ¡Ser más conscientes, más humanos, más generosos y menos cotillas!
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