Esta semana pasada, acabábamos el programa de coaching grupal con un grupo de responsables de un hospital de la Región.
La verdad es que estaba encantada de volver a lo presencial, pero tenía mis dudas acerca de cómo resultaría el programa, teniendo en cuenta las distancias y las mascarillas.
Me he dado cuenta que todo estaba en mi mente. Cuando normalizamos una situación, la mente la integra y no encuentra frenos para avanzar y actuar con normalidad.
Un programa que empezaba desde una cierta “incertidumbre”, sobre cuales serían los resultados, me ha llevado a quedar satisfecha tras la valoración de los asistentes, por sus palabras de feedback final:
La importancia de empezar el cambio en uno mismo para poder impactar en la organización.
Y el valor de una frase que a uno de los asistentes se le quedó grabada, y que dijo haberla puesto ya en su ordenador como fondo de pantalla para leerla nada mas llegar a su mesa:
Me encantará leer tus comentarios al respecto.