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20 agosto 2021Creo que, si somos sinceros con nosotros mismos, reconoceremos que nos encanta escuchar nuestras propias historias. Pero a veces, es mejor primero callar y atender lo que el otro tiene que decirnos. Y hoy quiero contarte por qué.
En este artículo te explico qué significa escucha activa, cuáles son sus beneficios y algunas técnicas sencillas y prácticas para mejorarla.
Todos sabemos que tenemos 2 orejas y una boca, para escuchar el doble que hablar, pero lo cierto y verdad es que la ecuación no se cumple: hablamos más que escuchamos.
Y ahora diréis: “Encarna, te equivocas, pues yo soy más de escuchar que de hablar”.
¿En serio?
Estoy en plan provocadora y chula, permítemelo, ¡pero no puedo evitar decir que no es verdad!
Y seguirás diciendo: “¡pero qué chula es esta tía!”
Pues en este tema, un poquito sí. Permíteme un poco de tiempo y te lo demuestro.
Efectivamente, hay personas a las que nos encanta hablar (por tanto escucharnos) y otras a las que les gusta dejar hablar.
Y ahora viene la justificación:
¿Quiere eso decir que dejar hablar es escuchar?
¡Pues no! No, porque todos sabemos hacer muy bien eso de “oír”, pero nada tiene que ver con hacer una adecuada “escucha activa”.
Es decir, puede que dejes hablar al otro y oigas, pero recurriendo a lo que decía sobre que nos encanta escucharnos, puede que esa escucha te la estés haciendo tú internamente y continuamente, pues no pones límite a tu diálogo interno. Luego estás escuchándote y si te escuchas a ti, no al otro. ¿Tiene sentido ahora mi mensaje provocador anterior?
“Saber escuchar es más que tener la capacidad de oír las palabras de los demás. Es, principalmente, poseer la capacidad de dejar de oír nuestras propias palabras”.
-David Fishman.
Y ahora imagino que nos vendría bien conocer qué significa “escucha activa”.
No me voy a ir al diccionario, me voy a ir a mi experiencia, a lo que yo sé que es la escucha activa en base a los efectos y, por tanto, beneficios que produce.
Para mí, la escucha activa es un acto más allá de poner las orejas, callarte y asentir a la vez que miras a la otra persona.
Para mí, la escucha activa es un gesto de generosidad hacia el otro que tienes enfrente, con el que “te vacías de ti para entregarte íntegramente al otro/a”.
Cuando hablo de “entregarte íntegramente al otro”, quiero decir “estar de forma activa” con el otro.
Ello significa olvidarte de ti, de lo que quieres decir, del consejo que te gustaría decirle sin que te pregunte, de querer contarle tu experiencia, tu opinión…
Significa vaciarte y poner atención plena consciente en la otra persona, para poder, no sólo escuchar sus palabras, sino también percatarte de qué hay más allá de ellas, de cómo se siente con lo que dice, de por qué dice lo que dice y qué necesidades puede estar teniendo en ese momento.
Eso es para mí la escucha activa, ese es el efecto que produce una “escucha activa de excelencia”.
¿Y cuáles son los beneficios de la escucha activa?
Los beneficios o efectos de la escucha activa están todos relacionados con la otra persona.
- Uno de los primeros es que la otra persona se dé cuenta de que estamos interesados en ella, que nos importa lo que dice. Al ser escuchada, se siente “única” y ello crea un puente de conexión que cimentará una fuerte base de confianza en la relación.
- Escuchar activamente, además, va a provocar en la otra persona que, por sí misma, sea capaz de entender lo que le pasa, pues a veces sólo basta con verbalizar para darnos cuenta de que no necesitamos que nadie nos ayude o nos dé consejo (cuando de un problema se trata) e, incluso, de encontrar por sí misma la solución u otra visión a lo que te está contando.
- La escucha activa permite a la otra persona mejorar su estado emocional pues, en muchas ocasiones, cuando te sientes mal “porque llevas una mochila muy grande de piedras en tu espalda”, con sólo ser escuchado/a, “ la mochila” se vacía, se aligera y cuando llevas menos peso, la carga emocional va desapareciendo.
Y llegado este momento, te preguntarás cuáles son los…
Pasos o técnicas para mejorar tu escucha activa
Escuchar excelentemente es un acto que requiere de un esfuerzo por entender lo que el otro quiere decirnos y eso depende de muchos factores, pero sobre todo de nuestra actitud interna. Y, para ello, te recomiendo hacer lo siguiente:
- Cuando vayas a disponerte a escuchar, pregúntate antes: ¿cómo me gustaría que ella me escuchara a mí? ¿Qué necesito yo cuando quiero ser escuchada?
- Ante todo, estar presente, atención plena consciente. Deja y suelta todo lo que estés haciendo cuando escuches a otra persona (sólo escucha).
- Piensa, en ese momento, que no hay cosa más importante que hacer que “sentir bien a la otra persona”.
- Si empiezan las vocecitas internas a rondarte por la mente (para darle consejos, juzgarla, decirle lo que ha hecho mal o lo que necesita), date cuenta, aparta la mirada a un lado y dile a esa voz interna “no es tu turno, déjame que la escuche” y vuelve tu mirada al centro y enfócate en sus ojos. Trata de averiguar qué dicen sus ojos y su expresión no verbal.
Consejos para mejorar la escucha activa
“No puedes escuchar al otro si no eres capaz de callar tu mente”
- Escuchar activamente supone un esfuerzo por callar ese “parloteo” interior y constante que tenemos, llamado diálogo interior.
- Si aun así sientes el impulso de hablar, pregúntale: “¿Qué necesitas que haga por ti en este momento, mientras te escucho?”. Y esa persona te dará las pistas de lo que es escuchar activamente.
Estas son las técnicas que permitirán que la otra persona se sienta escuchada y, cuando eso suceda, se sentirá reconocida, atendida, querida, aceptada…
¿Y acaso no anhelamos todos eso mismo?
Espero te sirva y quedo a tu disposición para resolver cualquier duda.
Feliz fin de semana.