El respeto en las relaciones interpersonales
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30 julio 2021Cada día vemos cientos de artículos (incluido éste) que hablan de liderazgo (término muy manido, pero no por ello menos importante y que me niego a dejar de usar) y cada día vemos como las empresas nos demandan, a los profesionales de este sector, más formación o entrenamiento en habilidades de liderazgo o de gestión de personas, pues te dicen:
“Cada día es más difícil gestionar personas”.
Efectivamente, lo reconozco, gestionar personas (odio ese verbo, pues se gestiona el inventario, los recursos económicos, pero no las personas) es cada vez más difícil, pues ello supone tener habilidades para relacionarte e influir en personas que, según el nivel de desarrollo y consciencia en el que se encuentren y, por tanto, el estadío de vida en el que estén, tienen necesidades totalmente diferentes (distintas incluso a las que se tenían hace 40-50 años, cuando lo que primaba era las necesidades más básicas, como alimento y vivienda).
Dado que esas necesidades son diferentes (por ese nivel de desarrollo o por el nuevo tipo de empleado), necesitamos directivos que den respuesta a las mismas y que en la mayoría de las ocasiones están muy relacionadas con la realización personal.
Los directivos que hoy están dirigiendo las empresas tienen como principal reto mantener a su plantilla motivada y comprometida, a la vez que consiguen los resultados esperados según los objetivos programados. Y actualmente, eso se torna más difícil, contando con que el empleado de ahora no es el de hace 20 años.
Cuentan con un empleado más joven, más preparado, con otros valores y necesidades diferentes. Un empleado que necesita otro “referente” tras de sí; buscan directivos, líderes, que tengan un nivel de consciencia más elevada, un nivel de consciencia que les lleve a estar comprometidos con algo más que llevar a la empresa a posicionarse en el mercado por su abultada cuenta de resultados; buscan empresas comprometidas con el bienestar de las personas, con el medio ambiente, con el planeta, y eso no se consigue siendo un perfil directivo del montón.
Necesitamos directivos que doten de «alma» a la empresa.
¿Y qué significa eso?
Pues para mí significa que el directivo deje de dirigir personas y tomar las decisiones como hasta ahora y empiece a inyectar una buena dosis de “humanidad “ y “alma” en cada conversación, en cada reunión, en cada decisión, en cada acción.
¿Y ello cómo se consigue?
Pues supongo que ya lo estaréis dibujando en vuestra cabeza.
Sólo se puede conseguir desde un cambio de paradigma mental y desde un mindset diferente.
Ello supone un cambio y una escalada del directivo a un nivel de consciencia más elevado y esto no es posible si el mismo no está dispuesto a pasar por un proceso de desarrollo interno, que le lleve a trabajar en el desarrollo de las cualidades más puras que se tienen como ser humano, para ponerlas en valor en la empresa, con sus empleados, con sus socios, en todos los factores y actores con los que interactúa.
Y ello conlleva que el directivo tiene que estar dispuesto a poner la misma cantidad de mente que de corazón.
Eso significa que tiene que estar dispuesto a poner en juego grandes dosis de humildad y generosidad, dejando atrás la necesidad de reconocimiento para pasar a la necesidad de reconocer a otros.
Eso significa estar dispuesto a pasar del YO al TÚ.
Eso significa estar dispuesto a pasar del YO al NOSOTROS.
Eso significa transitar de una visión individual a una visión sistémica.
Y eso significa pararse, para dejar de HACER Y TENER a empezar a HACER desde el SER.
Y sólo trabajando desde el SER, brotarán semillas de humanidad que impregnarán cada una de las áreas y personas de la empresa que, a su vez, se contagiarán de las mismas, contribuyendo a construir un ecosistema repleto de alma . Un entorno que estimule a ese tipo de empleados, a los que hacía referencia al principio, a devolver al directivo, motivación y compromiso, porque primero puso él su propósito al servicio del de ellos.
Por ello, si quieres la respuesta a cómo liderar en estos tiempos al empleado que viene y que ya está aquí, con necesidades diferentes, súmate a la lista que cada vez más directivos engrosan , de líderes que “alman” empresas.
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